fbpx

Pasada la Semana Santa, con días más largos y con el consabido cambio de vestuario en nuestros armarios, quién más quién menos comienza a mirar el calendario anticipando las tan deseadas vacaciones de verano.

Inevitablemente, aparece la duda de qué hacer durante este tiempo de reposo tan duramente ganado por la mayoría de nosotros. En algunos casos, y a pesar de la terrible situación económica, se nos ocurre la posibilidad de hacer un viaje al extranjero… Y entonces aparece el fantasma del idioma.

Aunque resulta imposible dominar todos los idiomas de nuestros posibles destinos, el inglés seguro que facilitará la comunicación en el lugar elegido; ahora bien, en muchos casos no se domina lo suficientemente bien el idioma o, simplemente, se desconoce totalmente y ya es muy tarde para apuntarse a aquel curso de idiomas que se convirtió en uno de nuestros propósitos de año nuevo.

Afortunadamente, existen los cursos intensivos, que permiten en poco tiempo adquirir algunas nociones básicas o bien mejorar áreas determinadas para aquellos que ya tienen unos ciertos conocimientos del nuevo latín. La oferta es muy amplia y adaptable para cubrir necesidades individuales, sólo hay que informarse.

También es importante dejar patente que los intensivos se destinan por igual a alumnos que no han acabado de “hacer los deberes” durante el año académico y, para desesperación de sus padres, arrastran alguna asignatura pendiente para los tan temidos exámenes de septiembre. Igual que con los idiomas, existe una amplia oferta para reforzar asignaturas concretas que cuestan más a los alumnos de secundaria y bachillerato, o bien para echarles una mano y ayudarles a pasar “limpios” al curso siguiente.
Tanto en un caso como en el otro, informarnos no nos compromete a nada y seguro que encontraremos aquella opción formativa que estamos buscando y que, en un área o en otra, nos ayudarán a mejorar.